En estos primeros días, semanas de nuestra estancia en la
Ciudad Deportiva de Vistamar, nos hemos ido dando cuenta, que la tarea que
tenemos por delante no será sencilla.
Tenemos que echar a andar un monstruo y seguramente muchas
de nuestras decisiones y de las actuaciones, no servirán para mover el
engranaje, pero si le irán dando una cierta inercia, para que de repente, un
día, sin que nos demos cuenta, el engranaje eché a andar, y ese día, ya será
muy difícil pararlo.
Como nos comentaba Rafael, en una de las reuniones que
mantuvimos con él, se trata de echar la semilla y regarla, para que al cabo de
10-20 años, se vea el fruto, de aquello que se hizo, y que en ese momento no se
veían los resultados.
La formación de nuestros entrenadores en las mañanas de los
martes y jueves, es ya una realidad. Realizando seguimiento directo, en sus
entrenamientos de las tardes, con el fin de comprobar la evolución y su
capacidad de asimilación. Hemos alcanzado un principio de acuerdo con el Comité
Nacional de Entrenadores, por el cual, estas clases que estamos impartiendo a
nuestros entrenadores, les capacitan en la obtención de los carnés, hasta el
nivel C. Una gran noticia para ellos y para nosotros, ya que vemos que nuestro
trabajo es visto con buenos ojos por el resto de compañeros de profesión, en
este caso venezolanos.
Nuestros equipos de competición, es el siguiente eslabón
sobre el que nos ponemos en marcha. Debemos analizar las plantillas, debemos
analizar los jugadores, y crear un plan de acción a 3-4 años vista, analizando
puntos débiles y puntos fuertes de ellas. Sabemos que los “gerentes” de esas
plantillas, (los entrenadores) están en proceso de formación también, pero no
por ello debemos dejar de actuar.
Equilibrar las plantillas, dotar los equipos filiales con
jugadores únicamente de 1º año, es prioridad, de esta forma se está preparando
el equipo principal del año venidero. Conseguir competitividad en los equipos
principales, es otro quebradero de cabeza. Acudiremos al fichaje de un par de
niños por equipo, pero no más, el resto lo tendremos que conseguir mediante el
trabajo colectivo, elevando el nivel de cada jugador mediante el entrenamiento,
aplicando posteriormente todo lo entrenado en la competición.
Para mejorar la calidad de los entrenamientos, una de
nuestras prioridades era doblar las franjas de entrenamiento, ya que cuando
llegamos, únicamente había entrenamientos de 15.00 a 17.00, y nuestra prioridad
ha sido desde el principio ampliar esa franja, introduciendo la franja de 17.00
a 19.00 para los equipos de sub16 para arriba.
Esto lo pudimos lograr, gracias al apoyo de la Alcaldía,
facilitando transporte a los niños de esta última franja, ya que es
problemático en esta zona andar por la calle una vez que se pone el sol, y aquí
anoche a las 18:00. Se consiguió, ganando en calidad de los entrenamientos y en
espacio para la práctica.
En esto nos ayudó mucho el Coordinador General José Hoyer,
encargándose de la Logística e Instalaciones, para que todo se pudiera llevar a
cabo.
Coordinar y ordenar la parte administrativa, también fue una
de las tareas que tuvimos que acometer en las primeras semanas. Adoptamos la
decisión de reunirlos a todos en un mismo edificio, ya que cuando llegamos,
esta área se encontraba separada del edificio principal en el que se encuentran
nuestras oficinas. Agrupando todos los despachos la comunicación es mucho más
fluida, y la pérdida de información es menor.
Únicamente nos faltaba por estructurar el área de la
lavandería y el comedor. Contratar un par de cocineras, y una persona para
lavar y planchar la ropa, es la tarea que nos propusimos. Desgraciadamente,
este punto no lo pudimos llevar a cabo hasta principios de enero, debido a la
falta de presupuesto para estas materias. El objetivo de abrir el comedor para
nuestros jugadores de casa club, está más cerca, ofreciéndoles una dieta acorde
a la de un deportista de élite, con 5 comidas al día, y alimentos frescos y
equilibrados, eliminado frituras y alimentos envasados.
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